Siempre hemos viajado por nuestra cuenta, investigando antes de dirigirnos a nuestro destino, sin confiar nunca en un guía turístico. Sin embargo, nos alegramos de haber reservado un viaje privado con Izitour. En primer lugar, en mi opinión, la ruta Ha Giang Loop sólo debería ser recorrida por conductores locales experimentados, ya que las carreteras serpenteantes y los estrechos caminos que conducen a las aldeas de los pequeños grupos étnicos son difíciles de transitar. En segundo lugar, tener un guía turístico te ahorrará tiempo y energía en la logística del viaje: alojamiento, distancias, seguridad alimentaria, tabúes de las costumbres locales, etc. (Gracias a Lien por ocuparse de la parte mundana por nosotros). No todo lo que necesitas saber se encuentra en Internet cuando viajas a una zona remota no turística.
Nuestro increíble guía, Zonie, fue el guía perfecto para nosotros, supo adaptarse a las preferencias de nuestro grupo, que iba desde un adolescente hasta una pareja de mediana edad y un anciano. Me impresionó mucho su agudo sentido de la observación para averiguar nuestras preferencias alimentarias, actividades y hábitos sin que tuviéramos que señalárselo, básicamente adaptó el viaje a nuestras necesidades y gustos, para asegurarse de que lo pasábamos en grande. A menudo, Zonie se esforzaba al máximo para que pudiéramos ver cosas inesperadas por el camino; mientras caminábamos por la pequeña aldea indígena, conocimos una gran variedad de comida, flora y fauna locales, paisajes maravillosos y aprendimos sobre las costumbres, el estilo de vida y la arquitectura de los diferentes grupos indígenas.
Una nota de precaución: hemos optado por "vivir como un lugareño", pero si para usted es imprescindible disponer de cañerías interiores, menciónelo a Izitour, ya que algunos retretes de la carretera son simplemente "agujeros en el suelo".
En resumen, recomiendo esta excursión y a Zonie como guía para marcar con éxito la "lista de cosas que hacer antes de morir", tener recuerdos inolvidables y el privilegio de conocer a gente cuya misión es verle sonreír bajo su cuidado.